Son cristales marinos con un tinte natural que se experimenta una explosión rotunda de color y sabor en los platos.
Espolvorear sal negra sobre un salmón horneado añade color y elegancia.
Encima de un foie da vida al plato.
Para rebozar bolas de queso con hierbas y crístales de sal negra.
Sirve para darle un toque sofisticado a las carnes, pescados, ensaladas y un sin fin de platos.
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