martes, 22 de septiembre de 2015

COMO LIMPIAR LAS SETAS

Consejos para limpiar las setas


Consejos útiles para limpiar las setas que cojas en el campo, para disfrutar así de su sabor y su aroma tras una limpieza correcta.
El otoño nos trae no solo todo un conjunto de colores entre los que, cómo no, destacan los tonos marrones propios de la Naturaleza más pura. También vienen de la mano de esta bella estación una gran variedad de alimentos característicos de esta época del año.
Frutas como los higos o los caquis son buena muestra de ello. Al igual que frutos secos como las castañas. Pero si existe un alimento sumamente característico del otoño (tal y como conocimos en la nota dedicada a las variedades de setas otoñales), esas son las deliciosas y maravillosas setas.
Son deliciosas porque muchas de ellas tienen un característico aroma al cogerlas (sobretodo un aroma afrutado casi asombroso), y una vez preparadas su sabor es tan exquisito como embriagador.
Pero a la hora de cocinarlas, es conveniente conocer algunos consejos útiles que nos ayudarán a descubrir cómo limpiarlas debidamente, dado que podemos correr el riesgo de que pierdan sabor.

Consejos para limpiar las setas

Una vez hayamos descubierto que las setas que hemos cogido sean comestibles (si tienes dudas, lo mejor es no hacerlo para evitar males mayores para tu salud), es conveniente limpiarlas debidamente antes de su cocción.
A diferencia de lo que podría pensarse, no es una buena idea enjuagarlas bajo el agua del grifo, o incluso dejarlas en remojo, dado que esto sólo ayudará a que pierdan sabor tras su preparación en la cocina.
La mejor opción para limpiarlas es utilizar un cuchillo, cortando la punta y raspándola para eliminar así los diferentes restos de tierra y substrato que podamos encontrar en ellas.
A la hora de comprobar si tienen o no larvas, lo más adecuado es cortar los sombreros, que viene a ser la parte más sabrosa y dónde éstas tienden a alojarse.
También es conveniente comprobar si las setas se encuentran en buen estado. Esto nos lo indicará tanto su color como su aroma: el color, por ejemplo, debe ser el color característico dependiendo de la variedad (las setas tipo cantharellus o los níscalos tienden a ser de color anaranjado), mientras que el aroma es afrutado.

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