Viñedos y bodegas peruanos como Tacama, Tabernero, Santiago Queirolo y Ocucaje esperan hacerse de un lugar en el nuevo mercado mundial como productores de vino de alta calidad.
"Hemos visto que una revolución en la industria del vino en Perú y las nuevas inversiones la han resucitado y modernizado completamente", dice Rubini, propietario de Viña Ocucaje, de 106 años de antigüedad, que era la mayor finca vitícola del país cuando fue expropiado. En los 90, tras el fin de la dictadura y la crisis económica de los 80, los productores volvieron a adquirir sus tierras. Contratando a expertos internacionales, lograron mejorar los viñedos y modernizar la obsoleta tecnología, que no se actualizaba desde 1940.